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29 de abril de 2025
APAGÓN 2025 El otro lado del apagón: ¿Fue el autoconsumo solar el culpable oculto de la caída eléctrica? La tarde del 28 de abril de 2025 sorprendió a millones de españoles con apagones simultáneos en distintas regiones del país. Aunque las primeras versiones apuntaban a una simple sobrecarga de la red, desde Energy Tech, barajamos otra causa posible, menos evidente pero cada vez más relevante: los vertidos incontrolados de excedentes fotovoltaicos provenientes del autoconsumo. Una tormenta solar perfecta - El contexto era propicio para un evento eléctrico inusual: - Radiación solar intensa en gran parte de la península. - Temperaturas suaves que mantenían baja la demanda eléctrica (sin uso masivo de climatización). - Miles de instalaciones de autoconsumo fotovoltaico generando a pleno rendimiento. A diferencia de grande campos eólicos o parques solares de producción, los pequeños autoconsumidores de menos de 100KW pueden verter excedentes sin que este vertido esté modulado por el operador eléctrico Cuando muchos pequeños productores vierten simultáneamente sus excedentes solares a la red sin coordinación ni modulación, se puede provocar una situación crítica: la generación puede superar ampliamente la demanda en un momento determinado. Un día como el 28 de abril a las 12:32 podría ser ese momento en el que la demanda fuera reducida y la radiación en todo el país fuera espléndida, lo que podría haber provocado la tormenta perfecta y que daría una explicación “natural” a lo ocurrido. La red eléctrica que debe equilibrar en tiempo real la producción y el consumo, puede entonces entrar en inestabilidad: aumentos de tensión, desajustes de frecuencia y, finalmente, desconexiones automáticas de protección para evitar daños mayores. Simultaneidad en todo el país A diferencia de otras incidencias localizadas, el apagón de hoy mostró un patrón de simultaneidad: cortes en diversas provincias prácticamente al mismo tiempo. Esta característica es coherente con un fenómeno de vertido masivo descoordinado: la producción solar fue elevada en toda la península de forma simultánea, mientras la demanda era débil. No se trató de un fallo puntual en una central o una línea, sino de un desequilibrio sistémico causado por millones de pequeños generadores actuando a la vez. Una advertencia para el futuro La expansión acelerada del autoconsumo es una excelente noticia para la transición energética, pero también plantea nuevos desafíos de gestión para las redes eléctricas. Hoy, las grandes centrales sí están coordinadas con Red Eléctrica de España (REE), pero las instalaciones residenciales y empresariales de autoconsumo —a menudo sin limitador de vertido o sin conexión directa con el operador del sistema— escapan de ese control fino. Soluciones necesarias Para evitar que situaciones como la de hoy se repitan, los expertos sugieren: Generalizar limitadores de vertido en las nuevas instalaciones. Incentivar el almacenamiento mediante baterías para que los excedentes no se viertan en las horas de baja demanda. Crear mercados de flexibilidad donde pequeños productores y consumidores puedan ser gestionados en tiempo real. Actualizar las normativas de conexión de autoconsumo para incorporar control de inyección y respuesta rápida. Conclusión Lo ocurrido hoy podría ser una advertencia temprana: una red más distribuida y renovable también necesita más inteligencia y control. Si no se acompaña el crecimiento del autoconsumo con herramientas de gestión y regulación adecuadas, el sueño de una energía limpia y descentralizada puede convertirse en una pesadilla de inestabilidad.

20 de junio de 2024
La energía reactiva es aquella necesaria para el funcionamiento de determinados aparatos como los motores y transformadores, donde el exceso de la misma provoca importantes perjuicios técnicos y económicos. En cualquier instalación eléctrica, ya sea de tipo doméstico o industrial, podemos diferenciar tres clases de energía eléctrica, cuya presencia vendrá determinada por el tipo de aparatos eléctricos en uso: § Energía activa: la energía activa es aquella que se transforma en su totalidad en trabajo “útil” (mecánico y/o calor) como, por ejemplo, el calentamiento de las resistencias en los sistemas de calefacción eléctrica y el movimiento de los motores de las máquinas de lavado. Esta energía se mide en KWh. § Energía reactiva: la energía reactiva se utiliza para la generación de campos eléctricos y magnéticos de determinados receptores, como son los bobinados de motores y condensadores instalados en los ordenadores y equipos electrónicos. Por tanto, no se transforma en ningún tipo de trabajo denominado “útil”. Esta energía se mide en KVArh. § Energía aparente: la energía aparente es la energía total de una instalación eléctrica, es decir, la suma resultante de la energía activa y reactiva. Esta energía se mide en KVA. Efectos de la energía reactiva en las instalaciones eléctricas La energía reactiva, al no ser transformada en trabajo “útil”, transita a través de la red provocando un aumento en la demanda de corriente eléctrica, provocando los siguientes efectos adversos: § Pérdida de potencia “útil” en las instalaciones. § Aumento de pérdidas de energía activa. § Sobrecalentamientos de los conductores eléctricos. § Menor rendimiento en los aparatos eléctricos conectados. § Caídas de tensión y perturbaciones en la red eléctrica. § Penalizaciones a los usuarios por parte de las compañías eléctricas. Penalizaciones por exceso de energía reactiva Los usuarios con potencias contratadas de más de 15 KW tienen la obligación de tener instalados contadores de tarificación que registren la energía reactiva, aunque las compañías eléctricas pueden obligar a los usuarios con potencias menores o iguales a 15 KW a instalarlos cuando el consumo de energía reactiva supere el 50% de la energía activa, según Real Decreto 1164/2001. La penalización del consumo de energía reactiva viene determinada por el factor de potencia (Cos j), aplicable cuando se supera el 33% de la energía activa consumida. Su precio por cada KVArh excedido viene definido en la Orden ITC/3519/2009. Eliminación de la energía reactiva La eliminación de la energía reactiva se hace a través de la instalación de una batería de condensadores, compensando la energía reactiva de los elementos con componentes bobinados como motores o transformadores. Existen tres tipos de compensación de la energía reactiva: § Compensación individual: a cada aparato eléctrico con componentes bobinados se le instala el condensador necesario. § Compensación conjunta: al conjunto de aparatos eléctricos con la misma potencia y mismas horas de funcionamiento se le instala un condensador común. § Compensación central: compensación de toda la instalación a través de una batería automática de condensadores, cuyo funcionamiento se regula automáticamente en función de la energía reactiva que es necesario compensar en cada momento.
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29 de abril de 2025
APAGÓN 2025 El otro lado del apagón: ¿Fue el autoconsumo solar el culpable oculto de la caída eléctrica? La tarde del 28 de abril de 2025 sorprendió a millones de españoles con apagones simultáneos en distintas regiones del país. Aunque las primeras versiones apuntaban a una simple sobrecarga de la red, desde Energy Tech, barajamos otra causa posible, menos evidente pero cada vez más relevante: los vertidos incontrolados de excedentes fotovoltaicos provenientes del autoconsumo. Una tormenta solar perfecta - El contexto era propicio para un evento eléctrico inusual: - Radiación solar intensa en gran parte de la península. - Temperaturas suaves que mantenían baja la demanda eléctrica (sin uso masivo de climatización). - Miles de instalaciones de autoconsumo fotovoltaico generando a pleno rendimiento. A diferencia de grande campos eólicos o parques solares de producción, los pequeños autoconsumidores de menos de 100KW pueden verter excedentes sin que este vertido esté modulado por el operador eléctrico Cuando muchos pequeños productores vierten simultáneamente sus excedentes solares a la red sin coordinación ni modulación, se puede provocar una situación crítica: la generación puede superar ampliamente la demanda en un momento determinado. Un día como el 28 de abril a las 12:32 podría ser ese momento en el que la demanda fuera reducida y la radiación en todo el país fuera espléndida, lo que podría haber provocado la tormenta perfecta y que daría una explicación “natural” a lo ocurrido. La red eléctrica que debe equilibrar en tiempo real la producción y el consumo, puede entonces entrar en inestabilidad: aumentos de tensión, desajustes de frecuencia y, finalmente, desconexiones automáticas de protección para evitar daños mayores. Simultaneidad en todo el país A diferencia de otras incidencias localizadas, el apagón de hoy mostró un patrón de simultaneidad: cortes en diversas provincias prácticamente al mismo tiempo. Esta característica es coherente con un fenómeno de vertido masivo descoordinado: la producción solar fue elevada en toda la península de forma simultánea, mientras la demanda era débil. No se trató de un fallo puntual en una central o una línea, sino de un desequilibrio sistémico causado por millones de pequeños generadores actuando a la vez. Una advertencia para el futuro La expansión acelerada del autoconsumo es una excelente noticia para la transición energética, pero también plantea nuevos desafíos de gestión para las redes eléctricas. Hoy, las grandes centrales sí están coordinadas con Red Eléctrica de España (REE), pero las instalaciones residenciales y empresariales de autoconsumo —a menudo sin limitador de vertido o sin conexión directa con el operador del sistema— escapan de ese control fino. Soluciones necesarias Para evitar que situaciones como la de hoy se repitan, los expertos sugieren: Generalizar limitadores de vertido en las nuevas instalaciones. Incentivar el almacenamiento mediante baterías para que los excedentes no se viertan en las horas de baja demanda. Crear mercados de flexibilidad donde pequeños productores y consumidores puedan ser gestionados en tiempo real. Actualizar las normativas de conexión de autoconsumo para incorporar control de inyección y respuesta rápida. Conclusión Lo ocurrido hoy podría ser una advertencia temprana: una red más distribuida y renovable también necesita más inteligencia y control. Si no se acompaña el crecimiento del autoconsumo con herramientas de gestión y regulación adecuadas, el sueño de una energía limpia y descentralizada puede convertirse en una pesadilla de inestabilidad.

20 de junio de 2024
La energía reactiva es aquella necesaria para el funcionamiento de determinados aparatos como los motores y transformadores, donde el exceso de la misma provoca importantes perjuicios técnicos y económicos. En cualquier instalación eléctrica, ya sea de tipo doméstico o industrial, podemos diferenciar tres clases de energía eléctrica, cuya presencia vendrá determinada por el tipo de aparatos eléctricos en uso: § Energía activa: la energía activa es aquella que se transforma en su totalidad en trabajo “útil” (mecánico y/o calor) como, por ejemplo, el calentamiento de las resistencias en los sistemas de calefacción eléctrica y el movimiento de los motores de las máquinas de lavado. Esta energía se mide en KWh. § Energía reactiva: la energía reactiva se utiliza para la generación de campos eléctricos y magnéticos de determinados receptores, como son los bobinados de motores y condensadores instalados en los ordenadores y equipos electrónicos. Por tanto, no se transforma en ningún tipo de trabajo denominado “útil”. Esta energía se mide en KVArh. § Energía aparente: la energía aparente es la energía total de una instalación eléctrica, es decir, la suma resultante de la energía activa y reactiva. Esta energía se mide en KVA. Efectos de la energía reactiva en las instalaciones eléctricas La energía reactiva, al no ser transformada en trabajo “útil”, transita a través de la red provocando un aumento en la demanda de corriente eléctrica, provocando los siguientes efectos adversos: § Pérdida de potencia “útil” en las instalaciones. § Aumento de pérdidas de energía activa. § Sobrecalentamientos de los conductores eléctricos. § Menor rendimiento en los aparatos eléctricos conectados. § Caídas de tensión y perturbaciones en la red eléctrica. § Penalizaciones a los usuarios por parte de las compañías eléctricas. Penalizaciones por exceso de energía reactiva Los usuarios con potencias contratadas de más de 15 KW tienen la obligación de tener instalados contadores de tarificación que registren la energía reactiva, aunque las compañías eléctricas pueden obligar a los usuarios con potencias menores o iguales a 15 KW a instalarlos cuando el consumo de energía reactiva supere el 50% de la energía activa, según Real Decreto 1164/2001. La penalización del consumo de energía reactiva viene determinada por el factor de potencia (Cos j), aplicable cuando se supera el 33% de la energía activa consumida. Su precio por cada KVArh excedido viene definido en la Orden ITC/3519/2009. Eliminación de la energía reactiva La eliminación de la energía reactiva se hace a través de la instalación de una batería de condensadores, compensando la energía reactiva de los elementos con componentes bobinados como motores o transformadores. Existen tres tipos de compensación de la energía reactiva: § Compensación individual: a cada aparato eléctrico con componentes bobinados se le instala el condensador necesario. § Compensación conjunta: al conjunto de aparatos eléctricos con la misma potencia y mismas horas de funcionamiento se le instala un condensador común. § Compensación central: compensación de toda la instalación a través de una batería automática de condensadores, cuyo funcionamiento se regula automáticamente en función de la energía reactiva que es necesario compensar en cada momento.
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